domingo, 28 de diciembre de 2008

Palacio de Buckingham

Este impresionante palacio fue construido en 1703 por encargo del Duque de Buckingham. La Reina Victoria fue la primera en vivir en él, y desde entonces es la residencia oficial de la familia Real Británica.

El edificio cuenta con más de 600 estancias y 20 hectáreas de jardín, además de contener en su interior una importante colección de obras de arte, coleccionadas o encarcagadas por los distintos monarcas a artistas como Rubens, Rembrandt, Canaletto y Vermeer.
Podemos saber si la Reina se encuentra en Palacio fijándonos en la bandera real: si ondea en la fachada principal del edificio es que ella está dentro.
El palacio permaneció cerrado al público hasta 1993, cuando la Reina Isabel II decidió abrirlo con el fin de recaudar dinero para reparar el castillo de Windsor, que sufrió grandes daños a causa de un incendio. Desde entonces los turistas pueden visitarlo durante los meses de agosto y septiembre, fechas en las que la Reina se va de "vacaciones" al castillo de Balmoral, en Escocia.


Una de las atracciones más turísticas del palacio es el cambio de guardia. Éstas tienen lugar a las 11:30 de la mañana, y yo por desgracia no pude verlas, aunque me hubiera gustado. Lo único que pude ver fueron los guardias aburridos apostados detrás de la puerta.

El palacio está rodeado por los parques St. James y Green Park, así que en nuestra visita al palacio podemos aprovechar y darnos un paseo por los enormes jardines de estos parques. Frente a la fachada del palacio real encontramos una plaza coronada por una gran fuente y diversas estatuas.

domingo, 14 de diciembre de 2008

British Museum

Hoy voy a hablar un poco de mi visita al museo británico. Y digo un poco porque el museo es enorme y hay muchísimas cosas que ver.
Lo cierto es que siempre que oímos la palabra museo nos imaginamos algo aburrido, pero este museo es distinto a los que había visto hasta entonces. Podemos encontrar desde ruinas del imperio romano hasta restos del antiguo egipto.
Sólo ver la entrada al edificio ya impresiona, pues la fachada está construida emulando el estilo griego.
Este museo es, ante todo, un museo de antigüedades.
El departamento de antigüedades egipcias alberga una de las mayores colecciones del mundo, y uno de sus puntos fuertes es la Piedra Roseta, a parte de las muchas momias, papiros y sarcófagos con los que también cuenta. Impresiona ver de cerca como se conservan las momias después de miles de años, y a mí que estas cosas me encantan me pareció una de las cosas más interesantes de la visita al museo.







Otro departamento que cuenta con importantes obras de arte es el de antigüedades griegas y romanas. Entre las más destacadas: los frisos del Partenón. Esta parte del museo es muy bonita de ver, y si te interesa la historia no puedes dejar de visitarla.








Además de las salas egipcias y romanas, el museo cuenta con otros departamentos: el de antigüedades medievales, el de monedas y medallas, el de antigüedades orientales y el de grabados y dibujos son algunos de ellos.
El museo cuenta también con varias cafeterías y tiendas de regalos.
Si piensas visitarlo, reserva el día entero para hacerlo pues es enorme. Te llevará bastante tiempo recorrer el museo, pero si te vas sin haber visto alguna de sus salas seguramente acabarás arrepintiéndote. Yo tuve muy poquito tiempo, y me perdí bastantes cosas que me hubiera gustado ver.

Así que ya sabéis, si viajáis a Londres una parada casi obligada en vuestro itinerario debería ser el Museo Británico, y si vais apurados de dinero no os preocupéis, la entrada es gratutita!

lunes, 8 de diciembre de 2008

Navidad en Londres

Ahora que se acercan estas fechas tan señaladas, he decidido hacer una entrada dedicada a la navidad, y por ello he investigado un poco sobre la transformación que sufre la ciudad de Londres en estas fiestas.

Buscando algo de información, he podido comprobar que una de las mejores fechas para viajar a Londres es durante la Navidad. A pesar del frío que hace por estas fechas en la ciudad, merece la pena ir por su ambiente animado y lleno de colores, con todas la calles y tiendas llenas de adornos e iluminadas para la ocasión.


Uno de los acontecimientos navideños más esperados en Londres es el momento en que se planta el árbol de Navidad en Trafalgar Square. Este árbol se coloca a principios del mes de diciembre, totalmente iluminado y adornado con motivos navideños. La plantación de este árbol es ya una tradición en Londres, ya que se trata de una donación que realiza Noruega al Reino Unido en general, y a Londres en particular, desde hace más de 60 años por su colaboración y ayuda durante la 2ª Guerra Mundial.

El árbol de Navidad que se ha plantado este año en Trafalgar Square es el número 62. En esta ocasión, es de la ciudad de Oslo, mide aproximadamente entre 20-25 metros y tiene unos 100 años. Está decorado con motivos navideños noruegos y londinenses y fue inaugurado el 4 de diciembre por el Lord de Westminster.


Otra de las tradiciones navideñas que caracterizan a Londres son los mercados navideños que se montan por toda la ciudad. Los hay de todas las clases, desde los más famosos visitados por propios y extraños, hasta otros más pequeños y poco conocidos.


He encontrado una lista con algunos de ellos:
  • Mercado de Navidad de Covent Garden
  • Mercado Navideño de Waterloo
  • Mercado de Navidad de St. Pancras
  • Mercado Navideño de Exmouth
  • Mercado de Navidad de Borough
  • Mercado Navideño de Whitecross

Además de los mercadillos navideños, Londres nos ofrece una variada oferta de actividades a realizar en Navidad: patinaje sobre hielo, obras de teatro, conciertos, etc.

Por último, debo hablar del fin de año en Londres. Las campanadas se dan lugar, o bien en los alrededores del Big Ben, en Trafalgar Square o en Picadilly Circus. Tras las campanadas se lanzan fuegos artificiales desde las proximidades del London Eye, junto al río Támesis.

Como no, se organizan multitud de fiestas, cuyas entradas suelen agotarse muy pronto.


Harrods

Si vas a Londres, una de las paradas obligatorias en tu camino deben ser los almacenes Harrods. Posiblemente sean los más famosos del mundo, y fueron creados hace ya muchos años, concretamente en 1834. Su fundador fue Charles Henry Harrod, y durante este tiempo han sido varios los propietarios de este comercio. En la actualidad es propiedad de los hermanos Al-Fayed desde el año 1985.
El edificio donde se encuentra Harrods se divide en 5 plantas, además del sótano y la planta baja, donde se reparten los 330 comercios que lo componen. Entre sus numerosos departamentos podemos encontrar alimentación, peluquería, juguetes, restauración, joyería, ropa, y un largo etcétera. Estos almacenes cuentan, además, con un exclusivo departamento navideño que se inaugura en agosto.

Por experiencia puedo decir que si entras en Harrods, estás perdido, pero literalmente. Es tan grande que no sabrás por donde empezar, te costará decidir que visitar primero y que dejar para después. Harrods cuenta con zonas exclusivas de joyería y perfumería, que puedes visitar pero simplemente para asustarte al ver los precios.
Una de las zonas que más me gusto del centro comercial fue la tienda de juguetes. No tiene nada que ver con la idea de tienda que tenemos aquí. La zona de juguetes es enorme, y podemos encontrar juguetes de todo tipo. Particularmente, lo que más me gustó fueron los peluches.

La tienda de regalos de Harrods es también uno de los puntos interesantes de visitar dentro del centro comercial. Aquí podemos encontrar recuerdos de los almacenes que van desde bolsas con el logo del centro, llaveros, chapitas y bolsos, hasta peluchitos con el nombre de Harrods. Por supuesto, yo me llevé un osito muy mono para mi hermana (no exactamente el de la foto pero parecido).

Como el centro comercial es enorme, hicimos una parada para reponer fuerzas. Fuimos a parar a una cafetería muy coqueta, donde merendamos un café y una galletaza con pepitas de chocolate (buenísimo todo, aunque un poco caro).

Con las pilas nuevamente cargadas, seguimos con nuestro paseo. Teníamos poquito tiempo ya, así que dimos una pasada rápida por todas las zonas que pudimos.
Una de las últimas cosas que pudimos ver fue donde se encuentra la estatua de Lady Dy, y dejamos nuestra firma en el libro de visitas.

Por desgracia, no pude ver ni la mitad de los almacenes, pues como ya he dicho son enormes, y no disponíamos de más tiempo. Pero sin duda, si tengo la oportunidad de volver a Londres, mi visita a Harrods es obligada.