lunes, 8 de diciembre de 2008

Harrods

Si vas a Londres, una de las paradas obligatorias en tu camino deben ser los almacenes Harrods. Posiblemente sean los más famosos del mundo, y fueron creados hace ya muchos años, concretamente en 1834. Su fundador fue Charles Henry Harrod, y durante este tiempo han sido varios los propietarios de este comercio. En la actualidad es propiedad de los hermanos Al-Fayed desde el año 1985.
El edificio donde se encuentra Harrods se divide en 5 plantas, además del sótano y la planta baja, donde se reparten los 330 comercios que lo componen. Entre sus numerosos departamentos podemos encontrar alimentación, peluquería, juguetes, restauración, joyería, ropa, y un largo etcétera. Estos almacenes cuentan, además, con un exclusivo departamento navideño que se inaugura en agosto.

Por experiencia puedo decir que si entras en Harrods, estás perdido, pero literalmente. Es tan grande que no sabrás por donde empezar, te costará decidir que visitar primero y que dejar para después. Harrods cuenta con zonas exclusivas de joyería y perfumería, que puedes visitar pero simplemente para asustarte al ver los precios.
Una de las zonas que más me gusto del centro comercial fue la tienda de juguetes. No tiene nada que ver con la idea de tienda que tenemos aquí. La zona de juguetes es enorme, y podemos encontrar juguetes de todo tipo. Particularmente, lo que más me gustó fueron los peluches.

La tienda de regalos de Harrods es también uno de los puntos interesantes de visitar dentro del centro comercial. Aquí podemos encontrar recuerdos de los almacenes que van desde bolsas con el logo del centro, llaveros, chapitas y bolsos, hasta peluchitos con el nombre de Harrods. Por supuesto, yo me llevé un osito muy mono para mi hermana (no exactamente el de la foto pero parecido).

Como el centro comercial es enorme, hicimos una parada para reponer fuerzas. Fuimos a parar a una cafetería muy coqueta, donde merendamos un café y una galletaza con pepitas de chocolate (buenísimo todo, aunque un poco caro).

Con las pilas nuevamente cargadas, seguimos con nuestro paseo. Teníamos poquito tiempo ya, así que dimos una pasada rápida por todas las zonas que pudimos.
Una de las últimas cosas que pudimos ver fue donde se encuentra la estatua de Lady Dy, y dejamos nuestra firma en el libro de visitas.

Por desgracia, no pude ver ni la mitad de los almacenes, pues como ya he dicho son enormes, y no disponíamos de más tiempo. Pero sin duda, si tengo la oportunidad de volver a Londres, mi visita a Harrods es obligada.

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