jueves, 9 de octubre de 2008

¡Por fin llegó el día!

Conforme se iba acercando el día en que cogeríamos el avión para ir a Londres, los nervios y la ilusión iban aumentando. Salíamos un jueves para volver el domingo, era muy poquito tiempo pero había que aprovecharlo al máximo. Y por fin llegó el momento...de coger la maleta, salir hacia el aeropuerto y esperar ilusionados para embarcar. Lo que no sabíamos era que la espera se iba a hacer un poco más larga de lo planeado. Teníamos que hacer transbordo en Madrid porque no conseguimos un vuelo directo a Londres que no se saliera demasiado del presupuesto.


El primer avión salía a las 6 de la tarde de Alicante, para llegar aproximadamente a las 7 a Madrid, y coger el siguiente vuelo a las 8. Pero, como no, nos informaron de que se retrasaba el vuelo (es normal, volábamos con Iberia!!). Entonces, lo que en principio parecía un retraso de media hora, luego pasó a una hora, y siguió y siguió retrasándose. Todos desquiciados ya por la terminal.... los chiquillos tirándose de los pelooos! Estábamos en el aeropuerto antes de las 5, eran las 10 de la noche y seguíamos sin subir a nigún pu...... avión. Eso sin olvidar, claro, que al retrasarse el vuelo de Alicante a Madrid, ya habíamos perdido el avión que tenía que llevarnos a Londres.


Al final embarcamos alrededor de las 11 de la noche (desde las 6 que debería haber salido el avión, eso es puntualidad y seriedad...)y en más o menos una hora estábamos en Madrid. Todos rebentados, asqueados... como la gente que sale por la tele super mosqueada cuando les pasan estas cosas. Tuvimos que pasar la noche en Madrid porque hasta el día siguiente no salía otro vuelo hacia Londres, así que nos alojaron en un hotel a las afueras de la ciudad. Al menos era un hotelito mono (4 estrellas, no está mal).


Pero nos dejaron sin maletas, no teníamos nada!! Resulta un poco asqueroso tener que acostarte a dormir con la misma ropa que has llevado todo el día, y que tendrás que llevar al día siguiente hasta que te den tu equipaje.


Aunque la verdad es que lo que parecía un comienzo de viaje desastroso, resultó ser una experiencia que me encantó. Nos reímos muchísimo, algunos dormimos en el suelo, con colchones y mantas robadas... y pasando un frío tremendo!!


Por la mañana, bien tempranito, conseguimos por fin coger el esperado avión. Y ahora, cuando recuerdo ese día, me alegro de que se retrasase el avión y de que tuviéramos que pasar la noche en Madrid, aunque eso nos robara medio día de estancia en Londres!

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